Diarios de una bicicleta

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Para gente con ganas de salir de casa

Fotografía: Agustí Centelles. Una crònica fotogràfica. Anys 30

Hace unos días estuve en la exposición de Agustí Centelles: Una crònica fotogràfica. Anys 30 en la Fundaciò Vila Casas, en el distrito de 22@

La exposición lleva desde el 26 de septiembre del 2012, y finaliza el 10 de febrero de este año, así que ya está dando los últimos coletazos, la entrada, 2 euros, más que asequible.

Resulta que en 2010 la fundación adquirió algunas de las fotografías más relevantes de este famoso fotógrafo, precursor del fotoperiodismo a nivel nacional, y uno de los fotógrafos de guerra civil española más importante, sino el más importante junto a Robert Capa.

La vida del fotógrafo valenciano-catalán es impresionante, digna de admiración en unos momentos tan difíciles. Retrató los horrores de la guerra cámara en mano, desde el alzamiento de las tropas franquistas en Barcelona hasta su exilio en Francia. Estuvo perseguido por la Gestapo, estuvopreso en un campo de concentración en Francia, y finalmente volvió a España, donde fue condenado a libertad bajo fianza, pero sin poder ejercer su profesión como fotoperiodista, teniendo que conformarse con trabajos publicitarios.

Fue uno de los primeros fotógrafos en utilizar una cámara Leica, que tuvo que pagar a plazos, muy lejos de los acaudalados americanos o ingleses. Además, retrató su guerra, con lo que las fotografías se ven muy cercanas, a veces, demasiado.

Entre las fotografías expuestas la famosa de los guardias de asalto. Una foto durísima, en donde se refleja toda la dureza de la violencia. Los republicanos haciendo una barricada con caballos muertos, disparando a los sublevados. En uno de los caballos se puede ver como trofeo un casco. Un casco, una víctima.

La foto real tenía a un ciudadano con una pistola, pero al quitar fuerza a la foto fue quitado del montaje final.

Otra de las fotos que ponen los pelos de punta es la de las primeras muertes en Plaça Catalunya, Barcelona, aún los estragos de la guerra no habían vuelto a la gente insensible a lo ajeno. En esta foto se puede ver que el cadaver fue cubierto con un pañuelo en señal de luto.

Realmente las fotos del principio de la guerra son las que más me impresionan. Hay una foto en la exposición que lo hace en particular. No tiene muertos, ni heridos. Simplemente es un señor, un domingo cualquiera, vestido para la ocasión, los domingos antiguamente eran días para sacar las mejores galas e ir elegante. El hombre va de traje, pero con un arma, mirando a la cámara ¿qué tiene que pasar para que una persona normal pasa a ser un guardia de asalto? Lástima, no la he encontrado para ponerla.

Lo dicho, una exposición muy, muy recomendable, dura, pero recomendable, para que luego digan que hay que olvidar. Perdonar sí, olvidar es otra historia.

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